Antiepitafio

Mi clave consiste en olvidar, alegremente,
mi suerte de epitafio;
no mostrar indicios que revelen que soy un extranjero
residiendo en esta insólita pausa que es la vida.
¿Podré así pagarle mi deuda a la vida por haberme elegido?
Un día mi madre, la muerte, vendrá a buscarme
para que yo, su provisional huerfanito,
me tienda, como de costumbre, en su eterno regazo.