Errante buscador de luz

No se escuchan oraciones en este arenal
mis oraciones como vórtices parturientos
en la nada visible de los sueños
solo mis sueños en la tenacidad de un sepulcro de estrellas
donde se pierden los visionarios
mis sueños, que desvelados buscan un amanecer
espantados que nunca presagian rumbo
que siempre nombran las sombras
aquí
donde las rosas visten de negro
y el viento no silba en la hojarasca
donde los ojos vagan atados sin espera ni dolor
II
Esta oscuridad interior
inamovible
en que las sombras persiguen mi huella
en los lluviosos salmos que ennegrecen
mi alma de errante buscador de luz
aquí
donde el silencio abarca el tiempo
sordo a los confines de la solicitud
donde el vacío me detiene y obliga
a un comienzo incesante
y me escudriña como a un inquisidor
donde se gestan los gritos
en búsquedas que nunca marcan la diferencia
aquí
donde mis grietas llenan los muros de ceniza
no hay lluvia ni ventanas
y mi cabello encanece
perdido en los caminos sin retorno
como perro que le ladra a la memoria
III
He desandado las trochas, los atajos
sin ese temor a las fábulas
que encubren los cerrojos
observando en mis pisadas las hojas como nimbos
por cada presencia en las imágenes ausentes
y en sus marcos
espejismos de rostros, mujeres y recuerdos
a los que retornar y retornar y retornar
aquí, allá, ahora y para siempre