La balada del Chong Chon Gang
Como asegura Boris Izaguirre en El País, el Chong Chon Gang sería la respuesta norcoreana al mega hit surcoreano Gangman Style. Un barco repleto de armas soviéticas escondidas bajo montañas de azúcar, violación flagrante al embargo de la ONU contra Pyongyang por su programa nuclear y de misiles balísticos. ¿No suena desafinado? La cosa es muy seria, ciertamente, pero da risa. Es algo difícil de evitar. Ver a estos dinosaurios de la política intercambiándose colmillos para ver con cuál de ellos pueden morder la luna no produce escalofríos sino desgañitamientos, si es que la palabra existe.
“Avión MiG-21 dentro de un contenedor proveniente de Cuba con destino a Corea del Norte”, acaba de tuitear Martinelli con la foto que acompaña esta nota, tras haber sido revisados siete contenedores del Chong Chon Gang. “Aparentemente estos aviones estaban en uso, porque tenían combustible”, dejó caer el mandatario, agregando que expulsaban olor a carburante. Por lo menos no olían a azufre, que diría el difunto Chávez.
¿Qué pasará? ¿Se convertirá también en hit el Chong Chon Gang, lo bailarán las colegialas en horario de receso o, por el contrario, lo veremos languidecer cual intrascendente balada de la época de la corneta? Hay que tener cuidado, porque en estos trajines de la envidia a Estados Unidos en los que anda metida el 90% de la humanidad (la retaguardia siempre es mayoría) importa poco la carne de cañón, mucho menos la de millones de cubanos y “chinitos”. En cualquier momento el presidente panameño se echa en brazos de Raúl Castro, Obama le brinda asilo al capitán norcoreano que intentó suicidarse con una navaja de afeitar, y todos aplaudimos. Esto es Macondo y en la Sociedad del Disparate cualquier cosa puede pasar.