La segunda venida del Señor
Iluminado. Fue como quedó el conocido fotógrafo Delio Regueral tras ser tocado por Dios esta semana, en las afueras de su estudio de Coral Gables (2399 Coral Way, Miami, Florida 33145), donde los creadores de la ciudad han celebrado tantas tertulias memorables.
Lo que los asiduos al estudio de Coral Gables descubrirán primero, a partir de esta semana, es un cambio radical en el look del fotógrafo. Se ha dejado la barba, ya no usa gafas (“puedo ver tan lejos como un águila, y tan profundo en la oscuridad como un gato”, ha confirmado) y su cabello, minuciosamente encuadrado, extiende un halo de beatitud sobre todo lo circundante (ver foto a la derecha de esta nota).
Pero es su mirada, su expresión conciliadora y benévola, de una aguda y conmovedora irradiación, lo que confirma que Delio Regueral ya no es más Delio Regueral (espiritualmente hablando).
Se espera que en los próximos días el artista comience a introducir a sus clientes y admiradores en las interioridades del mundo espiritual, al tiempo que su estudio adopta las maneras y usos propios de un confesonario. No es que vaya a dejar de deleitarnos con sus composiciones fotográficas, eso nunca, pero ahora los fotografiados tendrán la oportunidad de confesarse previamente ante el Hijo, en una fusión perfecta entre alma e imagen.