Ley de Ajuste Cubano perpetúa el castrismo
A estas alturas hay que decirlo alto y claro, porque no se entiende que el exilio verdadero siga dejándose pasar gato por liebre en este asunto, incapaz de ver la viga en el ojo propio: La dichosa Ley de Ajuste Cubano está perpetuando el sistema totalitario vigente en Cuba.
¿Cómo? Pues muy sencillo. ¿Cuál es la única nación en el mundo privilegiada con una Ley de Ajuste? La cubana. Ley que le permite a un nativo de Cuba, en su falsa condición de perseguido político, arribar al país más poderoso y desarrollado del mundo con permiso de trabajo y residencia prácticamente inmediatos.
¡Qué privilegio exclusivo! Y digo “falsa condición de perseguido”, porque enseguida esta gente viaja al país donde se supone corre peligro a “visitar a sus familiares”. Cada vez más cubanos de la Isla comprenden que no es conveniente que caiga el castrismo o Cuba se libere, pues en su condición de enemigo de Estados Unidos ese mismo castrismo les permite a ellos beneficiarse de los privilegios anteriormente mencionados.
Se acaba el castrismo y se acaba la Ley de Ajuste Cubano, deducen. Entonces los nativos de “la isla del invento” pasarían a perder sus beneficios especiales en Estados Unidos, convirtiéndose en “latinoamericanos del montón”. Aquí también es bueno aplicar el viejo refrán: Quien no sabe apreciar lo que tiene no se merece tenerlo.
Esto dicho de forma sucinta, sin extendernos en detalles desagradables relacionados con el robo, los negocios turbios del neocastrismo en el sur de la Florida, etcétera.
Los cubanos heredamos la cultura española y con ella su picaresca. La decencia es cada vez más un producto deficitario en Cuba. Más que deficitario, carente de demanda. La demanda se inclina por los pícaros, los vivos o los “bichos”. Y ya sabemos que el vivo vive del bobo. Y el papel de bobos lo estamos haciendo todos los cubanos decentes que queremos la libertad de Cuba y al mismo tiempo, ingenuamente, apoyamos la Ley de Ajuste Cubano, con la que se perpetúan los liberticidas.