Messi, el pez peleador en alta mar

Otro Mundial que retrata a Lionel Messi fuera del agua. Pareciera que este pez peleador solo puede nadar en su hábitat, los estanques acondicionados por Xavi, Iniesta, Busquest y compañía. No pasará a la historia de la pesca en alta mar.
En este Mundial de Brasil Argentina volvió a parecer intrascendente y a serlo, también, minuciosamente. Finalmente derrotó a la minúscula Suiza en un partido que no mereció ganar. Y no mereció ganar porque, contando con una decena de peloteros de elite en el fútbol europeo –la verdadera pasarela de los grandes modelos–, debió esperar a las postrimerías del tiempo extra para que Di María, lo único rescatable de la albiceleste en este torneo mundialista, fabricara el 1-0. Es verdad que Messi ha metido algunos goles y pases importantes, pero sigue siendo un fantasma sobre el césped. Noventa minutos son demasiados para que aparezca solo una o dos veces por partido, o ninguna.
Este ha sido un Mundial de sorpresas. Italia, España, Inglaterra, Uruguay eliminados enseguida sin penas ni glorias (sin contar la tercera mordida feroz de Luis Suárez, que ya es costumbre), Brasil y Argentina ganando de chiripa, Costa Rica en cuartos y un equipo como Alemania sudando frío para pasar ante una Argelia en Ramadán. Se dice y no se cree. Demasiado calor, demasiada humedad, demasiado bochorno. Que viva Holanda.