Raúl Castro y la cizaña

Yo era un niño de ocho años, pero lo recuerdo perfectamente. Raúl Castro fue quien asumió el máximo protagonismo en la histeria anticlerical desatada a la altura de 1960. Bien que me acuerdo. Sería tal vez por un reparto de roles entre los dos hermanos, o porque al Uno no le interesara conducir él mismo la campaña antirreligiosa. Siempre ha habido algunos temas o asuntos desagradables que se los encomendaba al hermano menor.
El caso es que a Raúl Castro le tocaron los discursos más groseros y los ataques más furibundos contra la Iglesia católica, que él disfrutaba con sumo deleite pese a su torpe oratoria y los gallos que se le iban en falsetes de dudosa virilidad. Eso a pesar de que impostaba la voz para pasar por macho aguerrido. Los comentarios, que habían comenzado en enero del 59 al verle la cara lampiña y la coleta entonces inusual en un hombre (rabo de yegua le decían), se multiplicaron de forma exponencial cuando lo vieron soltando plumas en los discursos de agit-prop. Hasta los que no eran desafectos al régimen empezaron a decirle la ‘China’. O, más cariñosamente, ‘Lachi’.
Pero ese día en la Plaza –bien que me acuerdo– la plebe lo aplaudió a rabiar. Y el hermano segundón se sintió realizado y con ganas de pujar algunas gracias más contra la Iglesia y contra el mismísimo Dios todopoderoso. Las masas empezaron a corear un pareado que era como la consigna del momento: “Raúl, cizaña, que los curas corten caña, y si no la quieren cortar, que se vayan para España”.
Pero eso no se crean que era algo espontáneo. Todo estaba programado al detalle por la ORI y el G-2. Después, para rematar, vino otro pareado por el estilo:
“Los curas, ladrones, que se quiten la sotana y se pongan pantalones”.
Ya terminado el discurso del Dos en sustitución del Nº 1, arrancó de ahí mismo una conga que llegó hasta la Rampa:
“Ábreme la puerta, qué puerta más dura.
Vamos a quitarle la sotana al cura”.
Conga. Chusmería. Mal gusto a lo ‘palante y palante’. Anticlericalismo. Persecución religiosa. En fin, se iniciaba en Cuba la implantación del ateísmo obligatorio. Qué país nos tocó.