Todos los nombres de La Bestia

Es tradición cubiche otorgar apodos con esa liviandad tan propia que nos caracteriza. Somos, en el sentido práctico del término, una nación ponedora de nombretes. Y el receptor principal, durante el último medio siglo, de la inmensa mayoría de estos motes ha sido, claro, la figura más expuesta de todas, el dictador Fidel Castro.
A los iniciales apodos de admiración por parte de un pueblo enfebrecido y ciego al estilo de “El Caballo”, “La Mente” o “Fifo”, siguieron otros másenigmáticos que tenían como objetivo la clandestinidad, el esconder de quién se hablaba. Fue así que desde el “Heriberto” de mi suegra hasta el “Jacquelin” más popular, desfilaron un sinnúmero de denominaciones variopintas que ya bien aludían a características netamente físicas (Barba Papá o El Patilla) o al carácter ético del personaje en fin (Alí Babá, Mentirita o Barba Truco).
Pero han sido los nombretes del último decenio, los avenidos tras la depauperación física y moral del dictador, los que han prevalecido en la conciencia nacional, la cual incluye no solo a los cubanos de intramuros sino también al exilio, por supuesto. El Coma-andante, El Comediante en Jefe, Sicote Viejo y otras denominaciones por el estilo parecen ser las destinadas por la providencia y por la historia a perdurar en el particular universo “apodaticio” de la isla.
Y traigo este tema a colación a propósito de esa forma tan particular conque el erudito Juan Felipe Benemelis se refiere a Castro en sus conversaciones de pasillo, esas que se desarrollan cerveza en mano y rodeado de amigos. Benemelis habla de “La Bestia” con ese acento peyorativo que sólo merecen los malos hombres, las cosas censurables. ¡Y resulta remarcable!
“Y entonces la bestia pactó con la izquierda portuguesa para apropiarse de Angola…”.
Lo dicho, remarcable.